tenía ocho años cuando regresó de un viaje de playa y vio que sus gatos, Boo Boo y Skeeter no tenían comida, entonces decidió ir a la tienda. La pequeña de la comunidad de Greenacres, Condado de Palm Beach, Florida, no quería despertar a su madre y fue sola. Nunca más regresó. Treinta y tres años más tarde, “envió mensajes en Facebook narrando como fueron sus últimos dos días al lado de su familia y pidió ayuda para volver”.

La desaparición de la pequeña Christy conmocionó a la reducida comunidad, pues nadie podía creer que despareciera si la tienda a la que fue estaba a seis casas de la suya.

Desde entonces, los investigadores han seguido cuatro pistas por todo el país, pero ninguna condujo a nada certero. Años más tarde, Victor Wonyetye un recluso de New Hampshire confesó haber matado a la menor. Él había sido condenado por otro delito, pero nunca fue siquiera llevado a juicio por la desaparición de la niña de Palm Beach.

Como nadie dijo nada, ni cooperó con la ubicación de Christy Luna, la oficina del Sheriff de Palm Beach decidió “resucitarla” en Facebook a través de mensajes escritos en primera persona. Ahí se narraba cada detalle de los últimos momentos de la pequeña.

“Hola, mi nombre es Marjorie ‘Christy’ Luna. Desaparecí hace 33 años, cuando tenía 8 años. Nunca fui encontrada y esta es mi historia”. “Déjenme llevarlos de nuevo a 1984, la época en que era una niña feliz, viviendo en Greenacres con mami, mi hermana Allie, mamá gatito y sus bebés”, decían los primeros mensajes.

Más adelante, cuando se supone que fue a comprar, la historia cambia: “Alto. Algo no está bien… alguien está mirándome. Algo está mal. Mi corazón late fuerte”. “¡SOCORRO!”. “¡DETENTE! ¡NOOO, NO HAGAS ESO!”.

Más adelante, se pide que por favor el que tenga información sobre el caso la brinde para llevar calma a su madre.

“Mi cuerpo de60 libras nunca fue hallado. Aún después de 33 años, mi mami aún me busca. Por favor ayuden a mami y a Allie a encontrarme”.

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