Una jueza uruguaya consideró que no le corresponde a ella autorizar el aborto de una niña de 11 años que padece retraso mental y está embarazada de un hombre de 41 años, quien está preso acusado de violarla.

La magistrada Raquel Gini delegó la decisión de abortar a la propia niña, su madre y los médicos. Y la pequeña manifestó que desea continuar su embarazo.

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“Aunque se trate de una niña de 11 años, la ley establece que su opinión hay que tomarla en cuenta, aunque no en forma definitiva… La jueza entendió que, de acuerdo a la ley vigente, se debía llegar a un acuerdo entre la chica, su madre y los médicos”, dijo el juez Raúl Oxandabarat, vocero del Poder Judicial.

La madre había reclamado a la justicia para que se autorizara el aborto, pero la niña se opone. En su fallo, la jueza Gini indicó que la niña desea “continuar con el embarazo”, y también mantener su relación con el hombre señalado de violarla.

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En otro juzgado, el presunto padre de la criatura, de iniciales V.M.G., fue procesado con prisión como autor de un delito continuado de violación por el juez Juan Carlos Fernández Lecchini.