El avión de pasajeros ruso Tu-154 de la aerolínea Sibir que realizaba un vuelo de Israel a Siberia, cayó en el mar Negro frente a la costa de Crimea el 4 de octubre de 2001.

Fallecieron todos los pasajeros y tripulantes, 78 personas en total. Tras la investigación de la tragedia, el Comité Interestatal de Aviación concluyó que el avión había sido derribado cuando volaba a 11.000 metros de altura por un misil antiaéreo S-200 ucraniano lanzado desde la península de Crimea, donde las Fuerzas Armadas de Ucrania realizaban ejercicios militares.

El avión, que despegó del aeropuerto internacional israelí de Ben Gurión se desplazaba por la ruta aérea internacional B-145, que en aquel entonces no estuvo bajo ningunas restricciones, temporales, ni siquiera las vigentes durante el período de ejercicios militares.

Los radares registraron un intento de los pilotos de contactar con los controladores del vuelo. Durante 45 segundos se oyeron ruidos y gritos de la tripulación y, finalmente, el avión desapareció de los radares. La tripulación del avión An-24 de la aerolínea Armavia, que se encontraba en la misma zona, registró una explosión sobre su avión.

Durante la búsqueda del Tu-154 desaparecido de los radares, un avión localizó manchas aceite en el supuesto lugar del accidente. Los helicópteros encontraron partes del fuselaje y cadáveres flotando en el mar. Se encontraron los cuerpos de 14 pasajeros de un total de 78.

En aquel entonces Kiev aceptó los resultados de la investigación y se reconoció culpable de la tragedia. El ministro de Defensa ucraniano pidió disculpas a los familiares de los fallecidos. “Sabemos que estamos involucrados en la tragedia, aunque su causa no ha sido esclarecida del todo”, indicó.

Fuente: RT