Apilados uno al lado del otro al sol, sin ningún tipo de refrigeración para conservarlos, 200 cadáveres fueron trasladados hasta el tren que los llevaría a la morgue en camiones de residuos. Sí, contenedores donde a diario la gente deposita su desechos.

Encima, los rebeldes que responden al Kremlin estarían entorpeciendo el curso normal del tren refrigerado para continuar con su destino. Sumado a eso, el sistema de frío de los vagones se rompió durante la noche o fue desenchufado.

Tres días enteros pasaron con los cuerpos tendidos donde habían caído, cerca del pueblo de Grabovo. Los equipos de rescate locales apilaron 21 bolsas negras con cadáveres a un lado de la carretera en Hrabove.

Mientras tanto, a 15 kilómetros (9 millas) de distancia del lugar del accidente, en Torez, los cuerpos de los casi 200 pasajeros permanecían dentro de los vagones en una estación de tren.

Un ingeniero del tren dijo que el sistema de refrigeración de los vagones había estado apagado toda la noche, pero no tenía claro por qué. Según el ingeniero, el sistema de enfriamiento volvió a ponerse en marcha durante la madrugada del lunes.

Los caóticos esfuerzos para recuperar los cuerpos e investigar el siniestro han despertado la indignación internacional, al ver cómo los rebeldes prorrusos han obstaculizado los esfuerzos de las autoridades ucranianas e internacionales.

Fuente: Infobae.com