Joey Barge, un británico de 20 años, decidió ir al trabajo en short en un día en el que el termómetro sobrepasaba los 30 grados, y ese sería el inicio de su inusual protesta que terminó obligando a la empresa donde labora a cambiar las normas de vestimenta de sus trabajadores. El joven contó a través de todos los detalles de su insólita historia que ha dado la vuelta al mundo.

Una vez que llegó a la oficina vistiendo shorts, sus jefes consideraron que, pese al sofocante calor de ese día, su vestimenta era inadecuada y lo mandaron a casa. Sin poder protestar, Joey regresó a su hogar pero no para lamentarse sobre de la tan absurda norma que hoy en día rigen el mundo, sino para ir en búsqueda de un vestido de su madre. Regresó a su oficina en señal de protesta.

Fue entonces cuando Joey publicó los siguientes tuits en su cuenta personal de “Si las mujeres pueden llevar vestidos o falda al trabajo, ¿puedo llevar yo estos elegantes pantalones cortos? Respuesta: no. Me acaban de mandar a casa”.

En lugar de acatar las reglas, Joey decidió que iba a ser un buen momento para rebelarse de una forma bastante singular. Llegó a casa, buscó en el armario y se puso un llamativo vestido rosa y negro de mujer. “¿Qué queda mejor?”, se puede leer en una de los tuits en las que aparece posando frente a un espejo.

“Me dijeron que era un poco demasiado colorido y me preguntaron si quería irme a casa a cambiarme porque ya dejaban vestir pantalones cortos gracias a mi ‘protesta’, pero les dije que estaba bien así”, narró luego el inglés.

Sus jefes escucharon su queja y, en un correo que mandaron a todos los trabajadores, permitieron que los hombres pudieran vestir pantalones cortos en el trabajo, tal como cuenta el usuario en Twitter. “Debido a las altas temperaturas se ha acordado que los hombres puedan vestir pantalones cortos de 3/4”. Aunque, según matizan en el correo electrónico, sólo podrán ser negros, beige o azul marino.

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