En la localidad de Kouremale, en la frontera entre Guinea y Mali, los yacimientos subterráneos de oro atraen a miles de jóvenes que buscan una forma de ganarse la vida.

Las condiciones son duras y peligrosas. En noviembre del año pasado, una de estas minas colapso y causó la muerte de 14 personas. También se estima que entre 20 mil y 40 mil niños trabajan en estas minas artesanales.

Los bloques de tierra que contienen el precioso material son retirados con pala y conducidos a otro lugar donde se extrae el oro, muchas veces utilizando materiales tóxicos como el mercurio.

Muchos de los mineros son inmigrantes de Mali y otros de los países de África Occidental. Algunas localidades cercanas a las minas parecen campos de refugiados, con casas hechas con lonas como techos y sostenidas por postes de madera.

El trabajo es igual de exigente para la mujer y el hombre. Ellos golpean con palas las paredes de las minas para sacar bloques de tierra.

Fuente: BBC