“No voy a parar hasta verlos a todos en la cárcel”. Ese juramento se lo hizo hace una década Susana Trimarco, de 56 años, cuando su hija María de los Ángeles (‘Marita’, de 23) fue secuestrada, drogada, violada y vendida a una red de trata de blancas en San Miguel de Tucumán, capital de esta provincia del norte de Argentina.

Hoy, esta mujer, que hasta antes de la desaparición de su hija era una ama de casa como cualquiera, está a punto de cumplir su promesa: tiene a 13 personas -entre ellos, dos exgobernadores de Tucumán – acusadas de privación ilegítima de la libertad y promoción de la prostitución en un juicio que se inició hace un mes en su provincia.

Para cumplirla, debió meterse a empellones a los despachos judiciales, bucear en el hampa de Tucumán, Buenos Aires y La Rioja, viajar por el mundo y disfrazarse de prostituta para infiltrarse en casas de lenocinio y poder así buscar pistas del paradero de su hija.

Fuente: Eltiempo.com y BBC Mundo