“De repente escuché un sonido como el de un petardo, sentí un olor químico extraño y mis pantalones de trabajo empezaron a incendiarse”, explicó Schlatter.

Luego de la explosión, un pintor y el jefe de la joven, la llevaron al baño y le sacaron los pantalones, para inmediatamente sumergir la pierna herida en agua. Ante el hecho, la joven ha pensado demandar a la compañía de telefonía por los daños causados.

Por su parte, Mirjam Berger, portavoz de Samsung en Suiza, indicó que el aparato celular será enviado a Corea del Sur para que en el laboratorio se determine cuáles fueron las causas de la explosión.

Berger aseguró que Samsung someterá a “un control de calidad riguroso a todos sus dispositivos” para que el lamentable hecho no vuelva a producirse exponiendo la seguridad de sus usuarios.