El amor de una madre puede con cualquier cosa. Desesperada por la radicalización de su hijo, quien se unió a las filas del Estado Islámico, una mujer británica viajó a Turquía, a la zona fronteriza con Siria, para ir a buscar al joven de 21 años.

Según el ‘Daily Mirror’, el joven, conocido como James, fue criado como cristiano, pero hace tres años se convirtió al Islam después de escuchar sermones extremistas a través de Internet.

Una vez llegado a Siria, el joven se comunicó telefónicamente con su madre para confesarle adonde había viajado. Linda, nombre con el que se conoce a la madre para proteger su identidad, le respondió que ella saldría a buscarlo si él no regresaba a casa.

“Mi hijo nunca me dijo que se iba a Siria. Él sabía que lo habría detenido”, confesó la madre de James. “Creo que la razón por la que se fue era porque se sentía molesto por la opresión que está ocurriendo allí y en su mente ingenua pensó que podía salir y ayudar”, agregó.

Ya enrolado en las filas de ISIS, el joven intentó escapar de la guerra, pero acabó herido tras un fuego cruzado. “Él estaba traumatizado, en un estado bastante frágil. Estaba solo y asustado. En ese momento supe que tenía que ir a Turquía”, indicó la británica.

Tras ello, la mujer viajó a Adana, Turquía, cerca de la frontera con Siria, y buscó un café que le resultara seguro para buscar desde allí, con su iPad, la ubicación de su hijo. Sin embargo, él no contestó y se perdió el contacto.

Luego Linda envió un mensaje a James dándole la dirección del hotel donde se alojaba. “Yo no sabía lo que estaba pasando. Y de repente apareció. Me sentí aliviada por haber recuperado a mi hijo. Dejé que volviera y lo acepté con amor”, expresó.

A su regreso al Reino Unido, James fue sometido a un interrogatorio por Scotland Yard, pero ese mismo día fue puesto en libertad, ya que no consideraron que representara un peligro para la sociedad.

Fuente: Infobae.com