Las víctimas fueron colgadas de una valla en un cuartel de la “hisba”, cuerpo parapolicial del Estado Islámico, en la calle Al Bukamal de la ciudad de Al Mayadín, uno de los bastiones de los yihadistas en la provincia nororiental siria de Deir al Zur.

Los extremistas colgaron del cuello de los menores carteles que tenían escrito el mensaje “No ayunar en ramadán”. Los asesinatos, como crucifixiones, decapitaciones y lapidaciones, suelen ser empleados por el EI como medio propagandístico y para aterrorizar a la población.

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El jueves pasado, comenzó en Siria, al igual que en otros países de la región, el mes sagrado musulmán del Ramadán, cuando los fieles que optan por ayunar dejan de comer y beber entre el alba y el ocaso, cambian sus comportamientos sociales y prodigan sus muestras de piedad para sentirse más cerca de Alá.

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El EI, que proclamó un califato en el territorio sirio y el iraquí hace casi un año, aplica una versión estricta de la sharía o ley islámica en las zonas que domina.

Fuente: EFE

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