El hecho se produjo en el céntrico Lindt Chocolate Cafe. Las Fuerzas de Seguridad australianas se desplegaron por la ciudad después de que, a primera hora de la mañana, un hombre de unos 40 años tomara como rehenes a varias decenas de personas.

Policías y miembros de la brigada de desactivación de explosivos rodearon el café, situado en la zona financiera Martin Place de la ciudad, donde el secuestrador mantuvo cautivos a parte de la clientela y trabajadores.

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Los negociadores de la Policía australiana se contactaron en varias ocasiones y “de varias maneras” con el asaltante, pues deseaban resolver el secuestro de una forma pacífica.

“Claramente un ataque de represalia es algo que no debe suceder. En este momento necesitamos que todos se calmen”, dijo el comisionado de la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, Andrew Scipione.

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La Policía se centró únicamente en la cafetería, en respuesta a rumores de que la Casa de la Ópera habría sido evacuada por el supuesto hallazgo de un explosivo.

Las cadenas de televisión difundieron al inicio del asalto a dos rehenes sosteniendo contra una de las ventanas del local una bandera negra con un mensaje escrito en árabe que dice “no hay otro Dios que Alá y Mahoma es su profeta”, la “sahada” o declaración de fe musulmana.

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Los líderes islámicos de Australia condenaron el ataque, que coincide con la detención de un hombre por supuestos vínculos con organizaciones terroristas, también en Sídney.

Durante las últimas décadas, Australia ha mantenido una importante papel en las guerra de Irak, la intervención en Afganistán tras los atentados del 11-S y la actual lucha contra el Estado Islámico en Siria e Irak.