La víctima, de 23 años, disfrutaba la noche del sábado al domingo con unos amigos y decidió hacerse una foto con el puente de Triana iluminado a sus espaldas, pero tropezó con el respaldo o poyete y se precipitó desde una altura de 7 metros.

“Un policía me dijo que se estaba haciendo un selfie”, dijo horas después un camarero que recuerda que hace unas semanas otro hombre, en estado de ebriedad, también se cayó, aunque con consecuencias menos graves.

Fuentes policiales aseguraron que la joven estaba de visita en Sevilla y se tropezó al hacerse una foto. Algo similar le ocurrió a un matrimonio, también polaco, que murió en agosto frente a sus dos hijos pequeños cuando fue a hacerse un selfie en el cabo de Roca de Portugal, perdió pie y cayó al abismo.

Al respecto, el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, confirmó el fallecimiento y descartó que se coloquen vallas porque los técnicos han asegurado que es imposible al tratarse de un paseo protegido por ser un Patrimonio.

Tras reanimarla, la joven polaca fue trasladada al Hospital Traumatológico del Virgen del Rocío, donde fue diagnosticada con traumatismo craneoencefálico grave. Horas después falleció.

Fuente: El Mundo / Agencias