En 1941, Adolf Hitler planeaba borrar de la faz de la tierra a Leningrado (hoy San Petersburgo), debido a que era la cuna de la revolución y el símbolo de la cultura rusa. Además, en aquella época ahí se encontraba la única fábrica productora de tanques pesados, coches y trenes blindados del mundo.
La evacuación de todos los habitantes de la ciudad comenzó en junio de 1941, cuando Alemania atacó a la URSS y empezó la Segunda Guerra Mundial. En el verano, evacuaron a cerca de 500.000 personas, pero posteriormente 175.000 de ellas se vieron obligadas a regresar.
A principios de septiembre, el ejército alemán se acercó a la ciudad de Leningrado. Hitler mandó a Moscú prácticamente todos los tanques y una parte de su ejército y él se quedó al mando del objetivo principal. Unos días después hizo una tentativa de asalto.
Durante los momentos más críticos, cuando el ejército alemán rodeó la ciudad, Iósif Stalin ordenó al comandante Gueorgui Zhúkov organizar la defensa, por lo que ancianos, mujeres y niños elevaron fortificaciones, produjeron armamento y tecnología en las fábricas, cosieron la ropa de los soldados. Los habitantes consiguieron defender su ciudad y la ofensiva alemana fue detenida. Sin embargo, Hitler decidió matar de hambre a los habitantes de Leningrado y destruir la ciudad con bombardeos.
Durante el mes de enero del año 1944, las tropas soviéticas consiguieron romper el bloqueo de Leningrado, dando por terminada esa terrible etapa. En aquel momento, en la ciudad quedaban solo 800.000 personas, mientras que el 1 de enero de 1941 la población ascendía a 3 millones de ciudadanos.
El bloqueo de Leningrado duró 872 días y se cobró la vida de más de 1,2 millones de personas. Más del 90% de ellas murieron de hambre, informó ‘RT en Español’.