El presidente ruso, Vladímir Putin, repasó hoy los logros de la operación de las Fuerzas Aeroespaciales rusas desplegadas en Siria y subrayó que, pese a las victorias sobre los terroristas, Rusia debe hacer todavía mucho para ayudar al Ejército sirio.

El jefe del Kremlin afirmó que desde el pasado mes de septiembre, cuando Moscú desplegó su aviación en el país árabe, los aviones rusos realizaron más de 10.000 vuelos de combate y destruyeron más de 30.000 objetivos, incluidos 200 instalaciones para la extracción y refinado de petróleo.

“Esto fue lo que permitió de hecho lograr invertir la tendencia en la lucha contra los guerrilleros, pero sabemos que la situación allí (en Siria) es difícil y todavía hay que hacer mucho por el Ejército sirio”, recalcó.

La aviación estratégica rusa con base en ese país, agregó Putin, realizó otros 178 vuelos de combate para atacar “de forma precisa, potente y efectiva las unidades y las infraestructuras de los grupos terroristas Estado Islámico y Frente al Nusra”.

“En resumen, las fuerzas sirias han liberado de los terroristas más de 500 localidades con el apoyo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia. Incluida Palmira, perla de la cultura y la civilización mundiales”, apuntó.

El líder ruso aseguró que “lo más importante” que ha logrado la intervención rusa para lucha contra el terrorismo es “crear las condiciones para el arreglo político” de un conflicto que en cinco años ha costado la vida a más de 260.000 personas.

“Espero que el mecanismo (de cooperación) que se ha establecido con nuestros socios, sobre todo los estadounidenses, en el que trabajan nuestras Fuerzas Armadas, representantes y expertos, lleve a cambios positivos y cardinales” en la situación en Siria, subrayó Putin.

Rusia y Estados Unidos, que median entre Damasco y la oposición siria, han acordado intensificar sus esfuerzos para garantizar que se aplique el alto el fuego en toda Siria y para que llegue la ayuda humanitaria a las poblaciones que lo necesiten.

Un comunicado conjunto difundido ayer por Moscú y Washington establece como zonas prioritarias a las que dirigir estos esfuerzos a Alepo, Guta Oriental y Latakia.

Rusia se compromete, por su parte, a “trabajar con las autoridades sirias para minimizar el empleo de la aviación en zonas donde vivan civiles o formaciones que observen el alto el fuego”, señala la declaración.

Los dos países, como copatrocinadores del alto el fuego que entró en vigor el 27 de febrero pasado, afirman que emplearán su influencia “para presionar a las partes en el terreno para que observen la tregua y se abstengan de dar respuestas desproporcionadas a las provocaciones”.

EFE

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