Registros de vídeo indican una trayectoria noreste a suroeste con un ángulo pequeño de 30 grados sobre la horizontal. La velocidad de entrada se estima en alrededor de 18 kilómetros por segundo, es decir, más de 64 mil kilómetros por hora.
Según los cálculos de Peter Brown de la Universidad de Western Ontario, Canadá, a partir de las ondas sonoras de baja frecuencia detectadas por una red global, se ha estimado que el objeto medía unos 17 metros de ancho, con una masa de 7 a 10 mil toneladas cuando chocó con la atmósfera.
Explotó con una fuerza de cerca de 500 kilotones de TNT, unas 30 veces la energía liberada por la bomba atómica de Hiroshima, a alrededor de 15 o 20 kilómetros por encima del suelo, según informa Europa Press y que recoge el diario español El País.
Con el nivel actual de comprensión de los objetos cercanos a la Tierra, se espera que eventos de esta magnitud puedan producirse una vez en periodos que abarcan varias de decenas de años a 100 años.
La trayectoria, ubicación de la entrada en la atmósfera y el tiempo de separación entre los dos sucesos indican que el objeto de Rusia no estaba relacionado con el asteroide 2012 DA14.