Las autoridades rusas declararon el estado de emergencia en las tres ciudades más damnificadas. Los servicios de rescate continuaban hallando cuerpos alrededor de Krymsk, una localidad del suroeste. La zona presentaba el domingo un paisaje de desolación, con árboles y vehículos dados vuelta. El presidente ruso Vladimir Putin ordenó una investigación y ayudas inmediatas.

La tragedia se desató en tres municipios de la comarca de Kubán, pero la inmensa mayoría de las víctimas mortales han sido localizadas en Krymsk, donde el número de fallecidos asciende a 141, según reveló el Ministerio de Situaciones de Emergencias de Krasnodar. Entre los fallecidos hay tres niños, precisó el vocero de Emergencias.

Nueve cuerpos fueron encontrados desde que comenzó la inundación en la estación balnearia de Gelendjik, y el balance fue llevado a tres muertos en el vecino puerto de Novorossiisk, el más importante de la costa rusa del Mar Negro. Los rescatistas temen que la lista de fallecidos aumente a medida que el agua retroceda.

Más de 13.000 habitantes y 4.000 viviendas fueron afectadas por el desastre en este distrito que cuenta unos 60.000 habitantes.

Los residentes sospechan que se largó agua intencionalmente de un embalse artificial situado más arriba de la ciudad. “Jamás vimos algo así. La ola de 7 metros se llevó todo. No es la lluvia. Abrieron las compuertas, pero nadie lo dirá jamás”, dijo un habitante.

Numerosos habitantes de la zona afirmaron que no fueron advertidos antes de la crecida que los sorprendió por la mañana del sábado. Putin prometió por otra parte una ayuda financiera para las viviendas destruidas e indemnizaciones, por unos 50.000 euros para cada familia de una víctima.

Fuente: Infobae/AFP/EFE