Cuando se enteró que su hijo Darrell, un lanzador de peso participaría en los estalló en alegría y orgullo. Pasó el tiempo y vio partir a su hijo a Brasil. Ahí quedó triste porque su máximo sueño era poder verlo competir, pero no podía, no le alcanzaba el dinero y su trabajo de taxista en Uber tampoco iba a dárselo.

Así, este padre de Filadelfia, USA, se resignó a ver a su hijo desde la TV, sin embargo, un “vuelco del destino” haría que aliste las maletas.

¿qué pasó?

Días antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos Río 2016, Ellis Hill recogió a Liz Willock, una empleada de una agencia de viajes que había perdido su vuelo. Durante los 20 minutos que duró el viaje conversaron de deportes.

Ahí, Liz le contó que conocía a alguien que iba a participar y él también le dijo mismo.

“Mi hijo competirá como parte del equipo olímpico de lanzamiento de peso este 18 de agosto. Lo veré por la televisión “.

Conmovida por su historia, Liz le prometió que le conseguirá un boleto para Brasil. El taxista no le creyó.

En busca de ayuda para ir a Río 2016

Primero Liz Willock trató de usar sus millas de viajero frecuente y luego llegó a a crear una página de la campaña.

En el transcurso de una semana, las donaciones de 152 personas inundaron la página recaudando un total de 8.200 dólares, 700 más que la meta original.

Ahora el padre de Darrell Hill llegará a Río de Janeiro para ver a su hijo participar por primera vez en un olimpiada… Todo gracias a una pasajera.

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