En julio de 2010, el arqueólogo Kazimir Popkonstantinov excavaba bajo una antigua iglesia en la isla Búlgara del Mar Negro de Sveti Ivan (San Juan, como se traduce del eslavo), cuando se topó con un misterioso cofre de mármol. En su interior encontró seis huesos: un metacarpo (hueso de la mano), un diente y parte de un cráneo, además de tres huesos de animal, y un cuadro de Juan el Bautista.

Sin ningún estudio, los búlgaros se apresuraron en asegurar que los restos pertenecieron a Juan el Bautista, tesis que cobró vida la semana pasada, cuando expertos de la Universidad de Oxford fecharon los restos en el siglo I.

Pero, ¿cómo llegaron a Bulgaria? Georges Kazan, un investigador de la U. de Oxford, utilizando documentos históricos, asegura que en el año 361, los monjes del monasterio de Felipe en Jerusalén rescataron sus restos de la profanación en Sebaste (Palestina romana). “Luego, el emperador Teodosio I decretó llevarlos a Constantinopla (actual Estambul, Turquía) en donde una nueva iglesia fue construida para preservarlos. Tras ser casi destruida, parte de los restos pudieron llegar al monasterio de Sozopol (ciudad situada justo frente a la isla de Sveti Ivan), junto con un relicario de mármol”, dice Kazan a La Tercera, quien añade que desde este monasterio finalmente arribaron a la iglesia donde fueron desenterrados.

Una nueva investigación, encabezada por los también expertos de la U. de Oxford, Thomas Higham y Christopher Ramsey, probó con exámenes de radiocarbono que al menos uno de los huesos pertenece a un hombre del siglo I proveniente de Medio Oriente, alentando la posibilidad de que los restos sean del personaje bíblico.

Entre los elementos que refuerzan la posibilidad de que sean de Juan el Bautista está el pequeño cuadro de su figura, que tiene una inscripción en griego antiguo que menciona a Juan el Bautista y un texto pidiendo a Dios para “ayudar a tu siervo Tomás”. Una teoría es que Tomás habría sido encomendado para llevar las reliquias a la isla. Los investigadores creen que los huesos llegaron a Bulgaria desde Antioquía, ciudad turca, donde los huesos de la mano derecha de San Juan estuvieron hasta el siglo X.

En la investigación, que fue parte de un documental de NatGeo, emitido el domingo en Gran Bretaña, también colaboraron dos expertos de la U. de Copenhague (Dinamarca), Hannes Schroeder y Eske Willerslev, quienes reconstruyeron la secuencia completa del genoma de los tres huesos, estableciendo que corresponden a un hombre y a un mismo individuo. Además, concluyeron que pertenece a un grupo familiar de genes que se encuentra en el Medio Oriente, la región donde Juan el Bautista vivió.

Fuente: Latercera.com