Lo que menos esperó encontrar Rebecca Gallagher, una joven galesa, fue una nota de explotación dentro de las instrucciones de lavado de su vestido nuevo, de la marca de fast fashion Primark.

“Obligados a trabajar durante horas agotadoras”. Así decía la inscripción, que estaba cosida.

Esto causó revuelo mediático en Gran Bretaña y tal ha sido el escándalo, que la firma ha aclarado que es un hecho aislado y ha pedido ayuda a la usuaria para resolver el misterio.

“Estaríamos agradecidos de que ella nos enviase el vestido, para investigar cómo esta etiqueta acabo allí, y si hay más problemas que deben ser considerados”, afirmó la compañía para el diario Telegraph.

De igual modo, la firma publicó una declaración recordando que son miembros de la iniciativa de comercio justo (Ethical Trade Initiative) y aclaran que el incidente es extraño, ya que en los mismos modelos de vestido no hubo una etiqueta similar, y este se vendió hace más de un año.

Todo esto trajo a colación que en los medios recordasen que la empresa estaba implicada en la tragedia del Rana Plaza en Bangladesh, el año pasado.

Allí, 1.129 trabajadores de la marca y de otras firmas de moda fallecieron en el derrumbe de una fábrica. Ante esto, Primark aclaró a la Vogue británica que ellos firmaron un acuerdo de seguridad en este país para conseguir cambios sustanciales a largo plazo.

Por ahora, otras marcas de fast fashion han implementado poco a poco cambios en la forma de producir sus prendas.

Luego de años de ser denunciados por activistas internacionales y de tener a sus trabajadores en condiciones deficientes, han emprendido iniciativas para contrarrestar la explotación laboral.

Fuente: Publimetro México