En la ciudad de , el fontanero Carlos Carrillo y un compañero suyo se dirigían a su trabajo, cuando encontraron al lado de la carretera a un perro cuyo hocico estaba tapado con cinta adhesiva y sus patas las tenía atadas.

“Al principio no sabíamos que era un perro. Volvimos atrás y lo vimos”, dijo Carlos a The Dodo.

Todo parecía indicar que el perro fue abandonado para que muriera. Felizmente, Carlos y su compañero lograron liberarlo.

“Parecía estar bien. Era muy cariñoso y le gustaba que le hicieran caso. No debía llevar ahí más de un día o así”, agregó el fontanero.

Ambos metieron al perro en el camión y lo llevaron a Peewee Pet Adoption, un refugio donde no sacrifican animales.

Tras los exámenes, se supo que el perro tenía buena salud, aunque con parásitos en el corazón, por lo que ha comenzado un tratamiento. “No paraba de mover la cola. Es un encanto”, comentó Carlos.

Se desconoce a la persona que abandonó al perro, pero al menos, gracias a los fontaneros, el perro tiene una segunda oportunidad.

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