Esta criatura fue al parecer “una de las más grandes que vivieron en aquella época”, según la británica Allison Daley, una de los autores del estudio de la Universidad de Oxford (Gran Bretaña) y Yale (Estados Unidos), publicado el último miércoles por la revista Nature.

El monstruo marino tenía en la cabeza una corona de apéndices que filtraba los alimentos y es el representante más antiguo conocido de los gigantes acuáticos que se alimentan filtrando el agua de mar.

La nueva especie fue nombrada Aegirocassis benmoulae en referencia al nombre del cazador de fósiles marroquí Mohamed Ben Moula, que descubrió los restos en Marruecos, al nombre del gigante Aegir de la mitología nórdica que personifica el poder del océano, y a la palabra latina “cassis”, que significa casco.

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Aegirocassis benmoulae forma parte de la familia desaparecida de los anomalocarídidos, animales marinos que aparecieron hace 520 millones de años.

Sin embargo, hasta el presente la mayoría de los anomalocarídidos descubiertos eran depredadores que se encontraban en el vértice de la cadena alimentaria, cerca de nuestros actuales tiburones.

Esta nueva especie de anomalocarídido se asemeja más a nuestras ballenas que también filtran el agua de mar a través de las barbas o láminas córneas que poseen en su maxilar para retener el plancton, pero que pertenecen a la clase de los mamíferos.

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“Filtrar el agua es probablemente uno de las formas animales más antiguas de conseguir alimento, pero los filtradores anteriores eran más chicos y usualmente estaban atados al fondo marino”, explicó Daley.

Según la investigadora, se trata “del ejemplo de gigantismo de un filtrador con movimiento autónomo más antiguo que se conoce”.

El período Paleozoico se extiende entre hace 570 y 250 millones de años, y abarca desde la aparición de los primeros invertebrados con exoesqueleto a la dominación de los reptiles.

Fuente: Agencia Andina