José Manuel Vidal, un periodista español de ‘El Mundo’ de información religiosa, visitó la sacristía, la capilla, la sala de reuniones y el comedor común de la casa, donde reside el papa Francisco, después de lo cual concluyó que el pontífice vive “con suma austeridad y sin lujos de ningún tipo”, lo que se refleja también en su menú diario.

Según relata, el comedor destaca por su luminosidad y sencillez. En el centro de las mesas hay un frutero con frutas, una botella de agua con gas y dos botellas de vino.

El menú que compartió con el pontífice constaba en primer lugar de macarrones y de unos escalopines con guarnición de guisantes y pimientos fritos de segundo. De postre fruta y café, espresso o macchiato.

El periodista afirma que se trata de un menú que “en Madrid, costaría menos de 10 euros (13 dólares) y seguramente estaría mucho mejor”. Su conclusión es que, más que austero, se trata de “un menú espartano”.