El Papa Francisco continuó con la tradición iniciada por Juan Pablo II y ahora bautizó en la Capilla Sixtina a 32 niños a cuyos padres recordó que la herencia más bella que pueden dejar a sus hijos es la de la fe.

En 1989, en el día en el que la Iglesia católica recuerda el bautismo de Jesús, Juan Pablo II comenzó a bautizar a algunos niños y la tradición continuó después celebrándose en la Capilla Sixtina.

Este domingo fue el primer bautizo de Jorge Bergoglio como pontífice, quien en una breve e improvisada homilía recordó a los padres católicos que son ellos los encargados de transmitir la fe.

Entre los 32 niños bautizados este domingo en la imponente capilla Sixtina estaba Giulia, una niña de siete meses, hija de una pareja italiana casada por lo civil. Que los padres no estén casados por la Iglesia no ha sido un problema para el Papa argentino que accedió a bautizar a la pequeña el pasado 25 de septiembre, cuando ellos mismos se lo pidieron durante la audiencia general de los miércoles.

El padre, Ivan Scardia, y la madre, Nicoletta Franco, son ambos militares en la localidad toscana de Grosseto (centro) y tienen otra hija, Giorgia, de cinco años. Scardia explicó a los medios italianos que hubo “un pequeño problema” al inicio cuando se enviaron los documentos al Vaticano y se supo que no estaban casado por la Iglesia, pero “que se resolvió” rápidamente.

El pasado miércoles, durante su catequesis en ocasión de la audiencia general, el Papa precisó que el Bautismo “no es una formalidad” y “que no es lo mismo un niño o una persona bautizada que una que no lo está”. En otro de sus mensajes, el Papa había pedido que no se cerrarán nunca las puertas de la Iglesia y se impidiese por ejemplo, por cualquier circunstancia, negar el bautismo a un niño.

Fuente: ABC