Mientras la mayoría de países de Europa procuran reducir sus gastos, Noruega no tiene que preocuparse. El país ha invertido tan sabiamente sus ingresos de sus reservas de petróleo y gas, que amasó el que muchos consideran el fondo soberano más grande del mundo. Se calcula que en el año 2020 alcanzará el millón de millones de dólares.

En el mercado bursátil, no se apresuran. Cuando Facebook anunció que iba a registrarse en la bolsa de valores, los analistas noruegos se pusieron a trabajar. Evaluaron los pros y contras, el valor probable de la compañía, la posibilidad de una gran pérdida y de una gran ganancia.

Entonces compraron acciones de Facebook. Como todo el mundo, perdieron dinero casi inmediatamente. Sin embargo, a diferencia de muchos otros, no se apresuraron a venderlas.

“En tiempos de turbulencia tenemos la posibilidad de sentarnos a esperar que pase”, le dice a la BBC Yngve Slyngstad, presidente ejecutivo del Fondo de Pensiones de Noruega.

En el caso de Noruega, el dinero produce dinero. Las ganancias y los impuestos de la industria del petróleo y el gas le dan al gobierno US$1.000 millones semanales.

El fondo mantiene un promedio de 1% de las acciones del mundo. En Europa, es dueña de más de 2% de todas las compañías listadas. Esto es gracias tanto a los hidrocarburos, como al hecho de que gobiernos consecutivos se han adherido al consenso político de que las ganancias de la industria petrolera se deben invertir en el fondo.

Noruega es uno de los países más ricos per cápita. La crisis de la deuda en Europa se siente muy, muy lejos en este próspero rincón del continente.

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