El hecho ocurrió en una vivienda del barrio de San Isidro, en Buenos Aires, cuando la policía fue alertada de que un menor de un año y diez meses falleció aparentemente cuando estaba comiendo y se atragantó con un chizito.

La madre, identificada como Micaela Toledo (18), en el momento que su hijo se ahogaba, lo llevó de inmediato a un centro de salud que está en las inmediaciones pero los médicos que atendieron al niño no pudieron salvarlo.

El médico legista dictaminó en primera instancia que la muerte se habría producido por un broncoaspirado por ingesta de comida. La víctima fue identificada como Luciano T.