A pocos kilómetros del monte Everest, en Nepal, se encuentra Lukla, una ciudad de paso donde los escaladores profesionales hacen una parada antes de iniciar su aventura en la montaña.

Esta pequeña localidad que casi siempre esta cubierta por nubes es reconocida mundialmente por la temida pista de aterrizaje de su único aeropuerto, que gracias a ese clima casi siempre para cerrado.

Volar y aterrizar en este lugar no es nada fácil. La pista es corta y tiene un borde final que desemboca en un abismo. Por ello, los pilotos tienen que realizar temidas maniobras y calcular bien a la hora del despegue y llegada.

La corresponsal de la BBC Yogita Limaye estuvo en la pista recogiendo testimonios y sobre todo captando imágenes que muestren cómo son los vuelos en esta ciudad nepalí. ¡Mira la cinta!