El 10 de mayo de 1994, Mandela juró el cargo como primer presidente negro del país, tras las primeras elecciones libres de Sudáfrica.

El entonces líder del Congreso Nacional Africano (CNA) dio ese histórico paso tras una larga lucha contra el régimen de segregación racial del apartheid, impuesto por la minoría blanca del país, que le recluyó durante 27 años en prisión.

El preso político más famoso del mundo, premio Nobel de la Paz en 1993 y símbolo de la lucha por los derechos humanos y la igualdad racial, pudo llevar a cabo una de las transiciones políticas más pacíficas de África.

El hombre que “luchó contra la dominación blanca y la dominación negra”, como él mismo aseguró en el juicio de Rivonia de 1964, cuando fue condenado a cadena perpetua, inauguró una nueva Sudáfrica que aspiraba a ser “igualitaria, no racial y no sexista”.

La política del país, sigue siendo inspirada por estos principios, pero en la práctica Sudáfrica está lejos de haber superado décadas de discriminación racial, y el legado de Mandela pierde fuerza, desdibujado por el paso del tiempo, las desigualdades económicas y los mensajes populistas de los líderes actuales.

Lucy Holborn, investigadora jefe del Instituto de Relaciones Raciales de Johannesburgo, comentó que “se han producido algunos avances, pero sigue habiendo mucho que hacer en el desarrollo social y económico”.

La especialista indicó que: “los sudafricanos siguen identificándose a sí mismos por razas, en parte por las políticas de discriminación positiva, que siguen clasificando a los ciudadanos según los grupos raciales que usaba el apartheid: blancos, indios, negros y mestizos”.

Ese sentimiento aflora en ocasiones, como la del 29 de mayo de 2012, cuando cientos de sudafricanos negros se congregaron ante una galería de Johannesburgo que exhibía un polémico cuadro que mostraba al presidente del país y líder del CNA, Jacob Zuma, con los genitales al descubierto.

Por otro lado, el CNA, partido en el poder desde que Mandela lo llevara a la Presidencia en 1994, domina aún el panorama electoral gracias a su contribución a la democracia, si bien ha perdido apoyo en los últimos comicios debido a los escándalos de corrupción.

Un discurso que apela cada vez más a las cuestiones raciales y su apuesta por una “segunda transición” en el país africano ha hecho que activistas como Mamphela Ramphele, que luchó junto a Mandela contra el “apartheid” y creó recientemente el partido político “Agang” (Construir), haya acusado al CNA de traicionar su herencia.

Fuente: EFE.