Una mujer cuyo nombre no se revela exige una indemnización de 70 millones de dólares después de haber sido violada hace dos años en una cárcel en la ciudad de McAllen, en el estado estadounidense de Texas, donde se encontraba recluida condicionalmente por un delito menor. Aunque los funcionarios de la cárcel vieron a través de la cámara de vigilancia que estaba siendo violada, solo le ofrecieron un taco y le denegaron la posibilidad de acudir a un hospital, informa el portal web del tribunal donde fue considerado el caso.

Los hechos se produjeron el 29 de mayo de 2014 en la cárcel de La Joya. La mujer se encontraba presa cuando un guardia de 24 años entró en su celda y abusó sexualmente de ella durante varias horas.

Según la denuncia presentada por la mujer, el hombre abusó sexualmente de ella “durante toda la noche mediante la introducción de diversos objetos en su cuerpo”. Las cámaras de vigilancia de la celda filmaron la agresión.

En su juicio, la víctima dijo a la corte que la dirección de la prisión, a pesar de haber visto las imágenes de su violación y estudiar su denuncia, se negó a proporcionarle asistencia médica de emergencia. En su lugar, según la víctima, le ofrecieron un taco y la devolvieron a su celda acompañada de otro guardia que le aconsejó categóricamente “olvidar lo que había sucedido”.

Después de que la mujer presentara la denuncia, el violador fue apartado inmediatamente de su cargo y condenado a 210 días de cárcel tras declararse culpable.

A pesar de que ninguna agencia del Gobierno de Estados Unidos haya publicado cifras oficiales sobre los casos de abusos sexuales a reclusos en prisiones o en custodia de la Policía, un estudio realizado por el grupo de reflexión libertario estadounidense Cato Institute denunció al menos 130 informes de “mala conducta sexual” por parte las fuerzas del orden estadounidenses en 2015, según el sitio del propio instituto. (Fuente: )

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