“Es hora de quemar la boina y enterrar el vestido azul”, escribió Mónica Lewinsky en uno de los adelantos en sus primeras declaraciones tras diez años luego del escándalo sexual con el expresidente norteamericano Bill Clinton.

“Yo misma lamento profundamente lo que pasó entre el presidente Clinton y yo. Déjenme repetirlo: Yo misma lamento profundamente lo ocurrido”, son algunas de las frases que serán publicadas en el próximo número de la revista Vanity Fair.

La exbecaria de la Casa Blanca asegura en el texto que su relación con Clinton fue un romance entre dos adultos con consentimiento. “Cierto, mi jefe se aprovechó de mí, pero yo siempre me mantendré firme en este aspecto: fue una relación consensual. Cualquier ‘abuso’ ocurrió después, cuando me usaron como chivo expiatorio para proteger su poderosa posición”, afirmó.

Todo comenzó en 1995 cuando Lewinsky inició una relación con Clinton. El escándalo y la investigación que surgió de esa relación extramarital culminaron con el juicio político del presidente demócrata en la mismísima Cámara de Representantes, la cual contaba con dominio de los republicanos.

Sin embargo, Clinton fue exonerado de todas las acusaciones en las que se fundó el juicio político. Y allí empezó el mutismo de Lewinsky. En 2005 y se mudó a Gran Bretaña para estudiar una maestría en Psicología Social en la Escuela de Economía de Londres. Desde entonces se ha mantenido lejos de los reflectores.

“En algunos círculos se dice que los Clinton deben haberme pagado para que me fuera; ¿por qué otra razón me habría contenido? Les puedo asegurar que no hay nada más alejado de la verdad”, aseveró.

Sin embargo, añade que es hora de dejar de “tener cuidado con mi pasado y con el futuro de otras personas”. “Estoy decidida a darle un final diferente a mi historia. Decidí, finalmente, asomar la cabeza para poder recuperar mi narrativa y darle un propósito a mi pasado (cuál será el precio de esto, pronto lo sabré)”, enfatizó.

Fuente: ElPais.uy