Un extracto del informe investigativo sobre el doble crimen que conmocionó a Honduras y al mundo, publicado por el diario ‘La Prensa’ de Honduras, precisa que Plutarco Ruiz ni se inmutó al sacar su pistola y disparar contra las jóvenes.

Las declaraciones tomadas a testigos por agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) dejan claro que el ataque contra la Miss Honduras y Sofía Trinidad Alvarado se produjo en el balneario Aguaga, la noche del 13 de noviembre.

“Aquí no pasó nada”, exclamó ‘Paco’, como es más conocido Plutarco, cuando los cuerpos de las dos muchachas quedaron en la pista bailable del balneario. Y tras lanzar su amenaza agregó: “Al que hable lo voy a partir”.

De los 18 a 20 invitados que asistieron a la fiesta de cumpleaños, pocos quedaron en el local, pues la bulla por la descarga de los proyectiles provocó la estampida de la mayoría de amigos.

Los que quedaron, según las declaraciones, fueron obligados a colaborar para sacar los cuerpos del balneario, limpiar el área y salir con Plutarco hasta la zona que escogió para enterrar a sus víctimas. “Ordenó que todos debíamos ayudar”, dijo un testigo.

Los hombres, cuatro en total, según las investigaciones, subieron los dos cuerpos al pickup blanco propiedad de Paco. Pero antes, del propio balneario sacó las palas y la cal para, según él, borrar cualquier pista que lo vinculara a los asesinatos.

Aquellos hombres excavaron varias horas bajo el árbol de guanacaste. “Fueron seis horas para terminar de consumar lo que él creyó un plan perfecto”, dijo un investigador. Cuando la fosa fue abierta, del vehículo bajaron primero el cuerpo de María José Alvarado.

Una vez colocado en el agujero de pocos metros de profundidad regresaron por el cadáver de Sofía; los cuerpos quedaron uno sobre otro. Les lanzaron cal buscando que acelerara el proceso de descomposición y que el olor no se esparciera en el ambiente.

Según el testigo protegido, Paco salió de la zona con sus cómplices. Nunca tuvo visos de arrepentimiento, asegura.