Los ingenieros del explorador Curiosity están preocupados por la posibilidad de que el taladro de la nave contamine las muestras de roca recolectadas. El objetivo es determinar si el Planeta Rojo era apropiado para la vida.

En el último mes, un equipo ha estado estudiando maneras de resolver el problema de contaminación, el cual consiste en que pudieran desprenderse fragmentos pequeños de teflón del taladro y mezclarse con las muestras de roca. El esfuerzo ha costado hasta ahora dos millones de dólares del presupuesto de reserva de la misión.

“No es un problema grave, porque vemos varias maneras potenciales de resolverlo”, sostuvo el jefe científico John Grotzinger, del Instituto Tecnológico de California.

Curiosity va por buen camino para llegar a suelo marciano en el cráter Gale, cerca del ecuador de Marte a inicios de agosto. En lugar de contar con bolsas de aire para posarse en la superficie del Planeta Rojo como en misiones previas, la nave será bajada por una correa y disparará sus propulsores para tocar tierra. Se trata de una técnica de aterrizaje nunca antes probada.

Como el Curiosity aterrizará cerca de una montaña en el centro del cráter, lo cual reducirá la cantidad de maniobras, Pete Theisinger, director del proyecto del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, calculó que esto ahorrará aproximadamente cuatro meses, permitiendo más tiempo para estudiar rocas y suelo marciano.

La misión de dos años con costo de 2.500 millones de dólares, busca determinar si el medio ambiente marciano pudo haber sido apropiado para la vida microbiana. Uno de los principales objetivos es buscar bloques orgánicos de construcción de vida utilizando el equipo de instrumentos más avanzados enviados hasta ahora a Marte.

Curiosity es un laboratorio de ciencias móvil. El taladro está ubicado al final de su brazo robótico junto con una pala. Está diseñado para abrirse paso en el lecho de roca y sacar con pala granos molidos que son transferidos a la plataforma de la nave para ser analizados.

Pruebas realizadas antes del lanzamiento revelaron que se puede desprender teflón del taladro y contaminar las muestras, por lo que se tiene en cuenta algunas soluciones. En el peor escenario imaginado, los científicos pueden tener que recurrir a la pala para recolectar suelo y a las ruedas de Curiosity para aplastar rocas y convertirlas en pedacitos.

Fuente: AP