“Creí que era una broma o que formaba parte del show”, aseguró en relación a lo que pensó cuando vio entrar por la puerta de emergencia al hombre vestido de negro, con un chaleco antibalas y una máscara en la cara.

Pero James Holmes no era parte de ningún espectáculo programado por la empresa. “Vino y tiró la lata con el gas. Entonces supe que era de verdad”. En ese momento comenzó su show de sangre, por el que murieron 12 personas y casi 40 resultaron heridas.

“Primero – según el relato de Seeger – le disparó al techo e, inmediatamente después, me apuntó con el arma en la cabeza. En ese momento me tiré al suelo, y tuve suerte porque no me disparó”.

“Pero entonces comenzó a tirarle a la gente que estaba detrás de mí, y los casquillos de las balas empezaron a caer sobre mi cabeza. Sentí que me prendía fuego de tan calientes que estaban. Podía oler la pólvora”.

Entonces planeó una posible vía de escape. “Estaba en el piso y le dije a mi amiga, que estaba conmigo: ‘Una vez que empiece a subir las escaleras, tenemos que salir de aquí’. Empezamos a gatear y todo el mundo corría hacia la puerta. Pero, inmediatamente después, volvían sobre sus pasos y gritaban: ‘¡No, le está disparando a la gente que trata de salir!’”, agregó.

El gas empezó a hacer efecto. “Tosía y de mis ojos salían lágrimas. Estada demasiado asustada, pero de golpe mi adrenalina subió y salí corriendo”. Las advertencias de los otros presentes no se hicieron esperar. “¡Está regresando. Te disparará, te disparará!”. “Pero yo corría instintivamente”, concluyó. Y tuvo suerte, porque a diferencia de muchos otros, salió ilesa.

Fuente: InfoBae.com