Más de 3.500 policías y 60 agencias de seguridad gubernamentales vigilan la edición 2014 de la prueba en la ciudad de Boston, Massachusetts, escenario de las explosiones de dos bombas en la línea de llegada el 15 de abril de 2013, que además de tres muertos dejaron 264 heridos.

Previo a la largada de los competidores, hubo un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas y los heridos de la última edición de la conocida maratón.

La cifra de 36 mil atletas supone la segunda participación más alta en la historia de la tradicional carrera. Entre ellos, están muchos de los 5.600 que el año pasado no pudieron acabar la prueba tras la explosión de las bombas.

Por su parte, los organizadores establecieron una serie de medidas para los participantes, incluyendo una política “sin mochila”. Fue allí que los autores de los ataques, los hermanos de origen checheno Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, escondieron las ollas a presión convertidas en bombas.