Logró convertir su momento de dolor en una oportunidad para hacer el bien. Demi Frandsen, de la ciudad de Omaha, Nebraska, , se convirtió en la mayor donante de leche materna del Hospital de Niños de la ciudad de Omaha, mientras su bebé luchaba por vivir. Fueron 131 galones durante los 10 meses de vida de Leo.

Leo nació prematuro de 7 meses, al final del 2014, con una rara enfermedad llamada gastrosquisis, una malformación de la pared abdominal que dejó sus órganos expuestos. El bebé pasó cerca de 10 meses en la UCI neonatal, hasta que perdió la vida en octubre del año pasado. Durante este tiempo, no podía comer bien.

“No hubo piel para poner sobre sus órganos expuestos. Fue una especie de caso nuevo que no habían visto antes. Usando un hisopo, mojábamos la boca de él con mi leche”, contó Demi Frandsen a las cámaras de la cadena estadounidense ABC6.

Incluso sin ser capaz de amamantar a su bebé correctamente, Demi Frandsen pasó todos esos meses bombeando su leche cada tres horas. Todo fue donado al banco de leche del hospital de la ciudad de Omaha, lo que ayuda en la nutrición de muchos otros bebés que estaban en una situación similar a la de Leo.

“Pero valió la pena. Pero valió la pena. Los 10 meses que vivió fueron los mejores 10 meses de mi vida”, indicó Demi a la pregunta.

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