El enfermero lucha con el peso de un paciente de ébola que luce desesperado y enfermo. Este profesional de la salud accedió a portar una cámara de la cadena CNN para mostrar la desoladora realidad de la que es testigo todos los días en este centro médico que instaló el gobierno de Liberia.

Un día logró que su paciente bebiera agua. Durante los dos últimos meses el doctor Soka Moses usó trajes de protección para evitar contagiarse, a pesar del insoportable calor.

“Trabajar aquí es sumamente peligroso, nuestros pacientes agonizan de dolor (…) Los pacientes necesitan ayuda, otros no pueden moverse (…) A veces rezamos, pedimos por ellos esperando que ocurra un milagro”, dijo el doctor Moses, quien recibió solo un día de entrenamiento para entrar a la sala de pacientes del ébola.

En el improvisado hospital en el país de Liberia ya no hay espacios. Hay dos pacientes por cama, el lugar es inimaginable y despiadado. Pero, también, a pesar de todo existen historias con un final feliz dignas de contar. ¿Cuáles? Las de aquellos pacientes que han podido recuperarse de este temible mal.