En octubre del año 2015, se alistaba para su fiesta de promoción. No podía estar más feliz. Ya tenía listo su vestido, zapatos y cita perfecta, pero una semana antes todo se fue abajo cuando notó un bulto en su pelvis. Cuando fue al hospital de Terrigal, Australia, le diagnosticaron una forma rara de cáncer. El médico tratante le dio 3 meses de vida.

El tumor medía 8 centímetros y estaba a punto de atacar su vejiga, colon, cuello uterino y muslo izquierdo.

“Yo tenía mucha dificultad para respirar y estaba luchando por respirar, a veces, he sufrido la pérdida de control, tanto en la vejiga y el intestino y apenas podía caminar y mucho menos subir escalones. Todo terminó cuando me dijeron que tenía cáncer”, contó la joven en Facebook.

“Me dieron solo tres meses de vida y solo el 4% oportunidad de llegar más allá de eso. Además dijeron que someterían a un tratamiento muy intenso. Todo estaba perdido, pero yo tenía fe. Estaba tranquila, creía que iba a superar todo”, dijo.

Maddy Richie señaló que durante los meses de tratamiento, imploró tanto mejorar, sobrevivir o simplemente vivir un poco más. “Acababa de abandonar la escuela, tenía toda la vida por delante, por qué tenía que conformarme con morir. Así que me hice un promesa: viviría para lograr mis sueños”, recordó que se dijo.

Sin embargo, los primeros meses fueron duros, ella tenía miedo de no despertar pues estaba dormida 21 horas al día. Tratamientos con morfina trataban de librarla del dolor de un herida en la pelvis.

Después de casi las primeras 10 semanas de quimioterapia intensiva, los médicos quedaron en shock. El tumor se había reducido. Cuatro meses después no había rastros de él. Estaba curada.

Aunque Maddy es consciente que el cáncer puede volver en cualquier momento, prefiere pensar que si lo hace podrá enfrentarlo como la primera vez. Ahora solo quiere mantener su promesa, esa de vivir intensamente para lograr TODOS SUS SUEÑOS.

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