“Tanto el régimen de Assad como las fuerzas que luchan contra él han convertido Siria en un lugar hostil para los periodistas. El resultado es la falta de claridad sobre el uso de armas químicas”, escribió Assange en un artículo publicado en el periódico australiano ‘The Age’.

Planes secretos desde hace mucho tiempo

EE.UU. quiere derrocar el régimen sirio desde hace mucho tiempo porque sacaría de ello varios beneficios: el cambio de poder en Siria disminuiría la influencia de Rusia aumentaría la influencia de Israel y permitiría aislar a Irán, cuyo Gobierno EE.UU. también quiere derrocar desde hace mucho, señala Assange.

“Los documentos clasificados sobre Stratfor, la empresa estadounidense de inteligencia que fueron revelados por WikiLeaks, demuestran que EE.UU. planeaba una intervención militar en Siria en diciembre de 2011”, recuerda Assange. Los documentos señalan: “El Pentágono piensa que una intervención aérea podría darse después de que una masacre atraiga suficiente atención de los medios”. Mayo de 2012 estuvo marcado por la masacre de Hula, cuya responsabilidad atribuyeron los medios angloparlantes al Gobierno de Assad.

“WikiLeaks advertía entonces que la realidad podría ser más compleja, y teníamos razón”, escribe Assange, recordando que la investigación de la ONU no fue suficientemente profunda y además los medios malinterpretaron la información.

“Lo único que impide a EE.UU. realizarlo es que le resulta difícil hallar un aliado confiable”, sostiene Assange. “La oposición es caleidoscópica e incluye grupos extremistas como Al Nusra, vinculado a Al Qaeda, que según algunos informes puede poseer sarín. La guerra se ha convertido en una guerra entre los chiitas y los sunitas que amenaza con sacudir la región entera”.

Fuente: RT