Aunque el papa Francisco ha lanzado en más de una ocasión duras críticas contra la “tiranía invisible” del capitalismo y la idolatría del dinero, incluso el Vaticano recurre al patrocinio económico por parte de grandes empresas en ocasiones.
Así ocurrió este mismo domingo cuando unos 800 mil fieles de todo el mundo abarrotaron la Plaza de San Pedro para asistir a la canonización de Juan XXIII, ‘el papa bueno’, y de Juan Pablo II, ‘el papa peregrino’.
La ceremonia de canonización celebrada por el papa Francisco, estuvo patrocinada, entre otros, por una petrolera, una compañía de gas y varios bancos.
Algunas de las compañías más conocidas que figuran en la lista de patrocinadores del evento fueron el conglomerado suizo Nestlé, la mayor empresa italiana del sector energético, Enel, el grupo bancario Intesa Sanpaolo y la compañía de trenes italiana Ferrovie Italiane.
¿Está vinculado el patrocinio con los apuros financieros de Roma?
Los nombres de estas empresas raramente se asociarían a un evento del Vaticano, apunta el portal de CNBC, que sugiere que la presencia de estas compañías podría estar vinculada con la difícil situación financiera que atraviesa Roma, la capital italiana.
Además, pese a los importantes activos que tiene la Iglesia Católica, su órgano rector, la Santa Sede, ha registrado millonarias pérdidas en los últimos años.
Según Thomas Reese, sacerdote y analista del periódico independiente católico ‘National Catholic Reporter’, este tipo de eventos aportan ingresos a empresas, hoteles y restaurantes por lo que resulta “apropiado” que haya patrocinadores.
“Como me dijo un arzobispo: ‘Uno no puede pagar sus cuentas con estampas de santos’”, señaló
En su opinión, es muy costoso celebrar un evento al que asisten miles de personas, por eso es “mejor conseguir algunos patrocinadores que sacar dinero de la caja de las limosnas”.
Fuente: RT