En un viernes de muchísimas novedades surgidas desde la Plaza San Pedro, el Vaticano comunicó una de las más interesantes de conocer en detalle: Cómo fue el milagro que aprobó Francisco para allanar la canonización de Juan Pablo II.

Cumpliendo el último requisito de los que deben cumplimentar los fieles para ser consagrados santos luego de ser nombrados previamente venerables y beatos, este hecho sin explicación científica sucedió en América Latina.

“El segundo milagro de Juan Pablo II fue curar a una mujer de Costa Rica”, declaró el vocero del Vaticano, padre Federico Lombardi, tras anunciar que el papa Francisco autorizó las canonizaciones tanto de Juan Pablo II (1978-2005) como de Juan XXIII (1958-1963).

Según trascendidos previos, el segundo hecho que convertía a Wojtila en santo estaba relacionado con una mujer italiana que sufría cáncer y que se curó de manera inexplicable para la ciencia el 1º de mayo de 2011, el mismo día de la beatificación del papa peregrino.

Pero la comunicación de este viernes echa por tierra esa especulación, trasladando al continente americano, tierra del actual pontífice, el origen de la santificación.

El primer milagro aprobado, que llevó a la beatificación de Juan Pablo II, se realizó en la persona de la monja francesa Marie Simon Pierre, quien se curó de manera inexplicable para la ciencia de la enfermedad de Parkinson que padecía.

El camino hacia la santidad tiene varios escalones: El primero es venerable siervo de Dios; el segundo, beato, y el tercero, santo.

Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce haber vivido las virtudes de manera heroica.

Para que un venerable sea beatificado, es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión; y para que sea canonizado (santo), es necesario un segundo milagro. Ese segundo milagro debe ocurrir después de ser proclamado beato.

Fuente: Infobae