Un hombre de 73 años condenado a muerte por asesinato fue ejecutado en Japón, sumando la sexta ejecución desde que asumió el gobierno del conservador primer ministro Shinzo Abe en diciembre pasado, informó la cadena Deutsche Welle.

El preso era Tokuhisa Kumagai, que en 2004 asesinó al dueño de un restaurante chino durante un robo en Yokohama, cerca de Tokio.

Como tercera economía del mundo, Japón es, junto con Estados Unidos, uno de los pocos países industrializados en los que aún rige la pena de muerte.

Activistas en defensa de los derechos humanos critican desde hace años que aún siga aplicándose, así como las condiciones en que se hace y la situación en las cárceles de Japón.

Las organizaciones civiles y gobiernos extranjeros consideran especialmente cruel que los ejecutados no sean informados sobre el momento en que se llevará a cabo la pena.

Además, los sentenciados viven durante años en total incomunicación y solamente se les dice que van a morir minutos antes de la ejecución.

El miedo constante a ser ejecutado hace que muchos condenados se vuelvan locos, denuncian las organizaciones de derechos humanos, a*demás de que no tienen oportunidad de despedirse de sus seres queridos cuando por fin llega el momento*.

En la actualidad, hay 130 condenados a muerte en las cárceles de Japón y el gobierno alega que en las encuestas la mayoría de la población apoya la pena de muerte para asesinos especialmente violentos.

Fuente: Andina