La visita del papa Francisco a Napolés no deja de regalarnos momentos memorables. En esta ocasión, el dueño de una pizzería fue el encargado de brindarle al sumo pontífice un regalo bastante especial.

Las quejas de Francisco, quien hace poco lamentó que no podía salir a comerse una pizza como hacía antes, hicieron eco en un ciudadano napolitano que finalmente le permitió disfrutar de una y como si fuera poco, se la llevaron personalmente al papamóvil.

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Enzo Cacialli tenía una pizza a la mano cuando Francisco pasó en su vehículo el sábado por una vía junto al mar durante su visita a la ciudad tan famosa por sus pizzas. Cacialli, que es dueño de una pizzería, se las arregló para acercarse al papamóvil y hacer la entrega, mientras la multitud lo aplaudía.

El hombre dijo que estaba “muy contento de que (el Papa) haya aceptado la pizza directamente de mis manos”.

Fuente: El Comercio