Miles de niñas y mujeres fueron arrancadas de sus hogares en el país del Golfo Pérsico, tras lo cual se las torturó, se las obligó a casarse con yihadistas del Estado Islámico y se las transformó en esclavas.

Muchas de estas traumatizadas víctimas finalmente fueron descartadas por la organización terrorista y lograron volver a sus hogares, aunque entre ellas hay muchas maltratadas, heridas, humilladas y varias hasta embarazadas.

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El más joven de estos repudiables casos es el de una niña de apenas nueve años de edad, según reveló el trabajador humanitario Yousif Daoud, quien vive en Canadá.

El hombre aseguró que “esta chica es tan joven que podía morir si da a luz a un bebé. Incluso una cesárea es peligrosa, y el abuso sexual que ha sufrido la dejó traumatizada mental y físicamente”.

Las Naciones Unidas advirtieron en marzo pasado que el Estado Islámico puede haber cometido un genocidio contra la minoría yazidí. Éste es un pueblo antiguo, predominantemente kurdo que sigue su propia religión derivada del Islam, el cristianismo y el zoroastrismo.