El descubrimiento de Jack Andraka, un estudiante de apenas 16 años, podría resultar uno de los más importantes en los últimos años a pesar de que no tenga la prensa necesaria por ciertos factores.

Uno de ellos, las directas consecuencias que podría traer este nuevo método sobre la millonaria industria alrededor del cáncer, manejada por los grandes laboratorios y prestadores médicos.

Nacido en Crownsville, Maryland, este joven inventó un sensor de papel capaz de detectar en 5 minutos tres tipos de cáncer: El de páncreas, de ovario y de pulmón.

Lo más increíble es que esta prueba tiene un costo de apenas 3 centavos de dólar y es, por lo tanto, 26 mil veces más barato, 168 veces más rápido y 400 veces más sensible que los métodos actuales de detección.

Los especialistas consideraron que una vez que este sensor, de patente en trámite, entre al mercado, los índices de supervivencia del cáncer de páncreas, que actualmente son de 5.5%, podrían pasar a casi el 100%.

El joven de 16 años contó que tomó la iniciativa cuando uno de sus familiares murió de cáncer de páncreas, y se interesó por investigar sobre esta enfermedad.

La mecánica fue utilizar anticuerpos y entretejerlos en una red de nanotubos de carbono (una forma alotrópica del carbono, como el diamante, el grafito o los fullerenos), de modo que se obtiene un marcador que únicamente reacciona a cierta proteína. Además, apuntó que la ciencia “no debería ser un lujo” y “debería ser un derecho humano fundamental”.

Fuente: Elcivico.com