A catorce semanas de prisión fue condenada una joven británica por matar a su gato metiéndolo en su horno microondas.

Laura Cunliffe, de 23 años, confesó su horrendo crimen y dijo que actuó de esta manera al descubrir que su mascota se había tragado a su pez.

Ella indicó que luego de ver los restos de su pez regados en el suelo, cogió al felino, llamado Mowgli, y lo metió en el aparato doméstico, el que programó para que estuviese encendido por 5 minutos.

Sin embargo, se arrepintió y sacó al gato al cabo de un minuto. El animal estaba muy malherido y no sobrevivió mucho tiempo.

A pesar de que sufre de depresión psicótica y explicó lo ocurrido a las enfermeras que la tratan, el juez la ciudad de Barnsley emitió su condena y le prohibió tener animales por el resto de su vida.