En el año 2012, y su esposa Gillian ganaron 186 millones de dólares en la lotería inglesa. Vivieron felices y derrocharon su dinero, un año más tarde se divorciaron y dividieron el dinero. él se enamoró de una mujer más joven sin saber que ella le robaría toda su fortuna.

Adrian Bayford conoció a Samantha Burbidge, 16 años menor que él, en un pub y de inmediato le pidió ser su pareja. Así entre viajes lujosos y ostentosos regalos, el hombre de 52 años consiguió el amor de la joven.

Cuatro meses después del romance, le pidió matrimonio, algo que Samantha aceptó, pero antes lo había obligado a invertir dos millones de dólares en la arena para que los 30 purasangre que le compró pudieran entrenarse.

Todo iba bien, hasta que Adrian se fue a visitar a sus hijos y cuando regresó a casa descubrió que ni Samantha, ni los caballos, tampoco sus autos y otros objetos de gran valor estaban. Ella lo había abandonado y se llevó todo, hasta dos perros que él había criado antes de conocerla.