No soportaron más. Gemma Wale, de 23 años y madre de dos hijos, fue condenada a dos semanas de cárcel por “romper normas de comportamiento social”, luego que sus vecinos la denunciaran ante las autoridades por sus gritos a la hora de tener relaciones sexuales.

Según Daily Mail, el nivel sonoro de los gritos y gemidos de la británica en sus momentos íntimos era tal que imposibilitaba la convivencia.

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“Tenía que subir la televisión a todo volumen para poder neutralizar el ruido”, señaló al portal de noticias un vecino de la “mujer del infierno”, como la apodaron en el edificio de Small Heath, en Birmingham; mientras que otro precisó que un día despertó a todos.

Asimismo, los exvecinos de Wale en Shard End, de donde fue expulsada el año pasado, dijeron que había sido “una pesadilla viviente”.

Tras todos estos antecedentes, la jueza Emma Kelly pidió su encarcelación inmediata dada “la cantidad de infracciones” y “la falta de remordimiento” que presenta.

La joven fue encarcelada el pasado 12 de mayo y ya cumplió con las dos semanas de condena.