Las víctimas mortales son tres indonesios de entre 60 y 88 años de edad. Dos de ellos murieron de problemas respiratorios y el tercero cuando se le derrumbó encima el techo de la vivienda.

Se ha marcado una zona de seguridad de diez kilómetros de radio en torno al cráter, donde la erupción del jueves ha dejado una capa de 20 centímetros de ceniza.