La señora Lu Xiaoyun y su esposo He Yong, viven en Dongdong, provincia nororiental de China. Tienen una hija de 7 años de edad y estaban esperando otro bebé.

Cuando pensaban que transcurría el cuarto mes de embarazo, la mujer comenzó a tener fuertes dolores en el estómago, lo que parecía ser un aborto espontáneo.

Logró apenas llamar a su marido, quien fue de inmediato a la casa, pero cuando llegó, su esposa estaba desmayada en un charco de sangre.

Los médicos que la asistieron aseguraron que el bebé había muerto y que debían ocuparse de estabilizarla a ella, ya que su vida corría peligro.

Mientras Lu estaba internada en coma, le entregaron el cuerpo de la bebé a su mamá, y ella lo enterró en el fondo de la casa.

Pero ese mismo día mientras el señor Yong cuidaba a su esposa, un médico conversó con él, se enteró lo que había pasado y le dijo que ese bebé si tenía posibilidades de tener vida.

Corrió inmediatamente hasta su casa, desenterró el cuerpo y lo llevó al hospital. Allí ocurrió lo que puede ser calificado como un cuento de fantasía.

La pequeña estaba viva. Los especialistas dijeron que fue una terrible negligencia de los doctores y que la criatura tenía seis meses, no cuatro como pensaban.

Fuente: Contextotucuman.com