En un solo segundo la luz cegadora de una bomba casera golpea la cámara de video de un soldado estadounidense que se encontró con una tropa de rebeldes en Afganistán.

Las imágenes fueron captadas hace dos años, pero el choque y la pura intensidad de la explosión aún conmociona.

El joven nunca fue identificado pero se supo que tras la detonación fue socorrido por sus compañeros.