Los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y la alcaldía de la Gran Manzana han decretado medidas de emergencia y acelerado todo tipo de preparativos, como la movilización de unidades militares, para minimizar las consecuencias de la tormenta.

El área metropolitana de Nueva York, donde viven unos 19 millones de personas, se encuentra sin transporte público (trenes de cercanías, metros y autobuses), también se han cerrado los parques y el martes estarán cerradas las escuelas, que atienden a 1,1 millones de estudiantes.

Las evacuaciones afectan a unos 375.000 habitantes de las zonas bajas de la ciudad más susceptibles de sufrir inundaciones por la combinación de las fuertes lluvias con una marea alta máxima. Se teme que el nivel de agua pueda subir hasta algo más de tres metros.

El agua ya había subido entre 60 y 90 centímetros en el puerto de Nueva York y el estrecho de Long Island antes de las 04:00 GMT, según el Servicio Meteorológico Nacional. Mientras tanto, en la ciudad se puede sentir cómo el viento ha subido progresivamente de intensidad desde la tarde del domingo y tiene ya rachas fuertes.

Los evacuados pueden acudir, si no tienen amigos o familiares a quienes recurrir, a uno de los 76 centros de acogida en escuelas públicas, a los que se ha llevado personal y suministros necesarios.

El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, insistió en la noche del domingo en que los habitantes de esas zonas (la llamada “zona A”, que incluye a algunas partes bajas de los cinco distritos de la ciudad) a que se vayan “lo antes posible, ya que el tiempo se acaba”.

Sin embargo, varias televisiones locales han recogido testimonios de habitantes de las zonas bajas que no piensan dejar sus viviendas y aguantar, junto con los suministros comprados en los últimos días, el empuje del huracán.

Por ello, algunos de los albergues preparados por el ayuntamiento estaban casi vacíos en la noche del domingo.

Se espera que “Sandy” toque tierra en la costa del vecino estado de Nueva Jersey, cuyo gobernador, Chris Christie, también ha decretado la evacuación de algunas zonas costeras, como los hoteles y casinos de Atlantic City, y el cierre del transporte público estatal.

En Connecticut también se han ordenado algunas evacuaciones costeras, mientras que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien decretó el cierre del transporte público, también movilizó a 1.175 soldados de la Guardia Nacional.

Los tres aeropuertos de la zona de Nueva York (Laguardia y J.F. Kennedy en la ciudad, y Newark, en la vecina Nueva Jersey) permanecerán oficialmente abiertos, pero cientos de vuelos fueron cancelados el domingo y se espera que mucho más lo sean este lunes.

La línea ferroviaria Amtrak, que une a las grandes ciudades del noreste de EEUU desde Boston a Washington, ha cancelado la mayoría de sus servicios.

Las sedes de los principales bancos de Nueva York, los museos, las universidades y hasta los teatros de Broadway están cerrados.

También han sido suspendidas las actividades especiales de grandes empresas, como la presentación que Google pensaba hacer de la última versión de su sistema operativo Android.

Las autoridades de Nueva York y Nueva Jersey han tomado una serie de medidas preventivas para prevenir posibles daños por el viento y el agua.

También han pedido a la población que tenga una serie de suministros básicos por si hubiera cortes de suministro eléctrico o necesidad de abandonar urgentemente de sus viviendas, lo que generó el domingo una auténtica avalancha de compras en los supermercados y ferreterías.

EFE